Fernando Curtis en Nicaragua es ese man, el que todos han visto pero nadie termina de entender del todo,como un glitch estético con flow. Es el que aparece en eventos donde ni siquiera sabías que había eventos, con unas gafas que no son de sol pero igual no te dejan ver su alma.
Diseñador, director creativo, brand whisperer y probablemente CEO de algo que suena como una banda indie pero en realidad es una empresa que factura en euros. El loco se mueve entre clientes de alto perfil, moodboards que parecen exposiciones de arte y cafés que cuestan más que el almuerzo de toda tu semana.
Pero no es solo imagen: el maje tiene visión, estrategia, y una obsesión borderline con que cada píxel tenga propósito. Es el que te dice que el logo no es solo un logo, que es un statement. Que el color no es azul, es “azul con trauma emocional”.
Y aunque su vibra sea de tipo cool que nació en Behance, nunca se despega de la tierra. Tiene esa mezcla rara entre diseño europeo y calle nica,una especie de punk minimalista que toma ginger shots y cita a Chris Do como si fuera filosofía estoica.
En resumen: Fernando Curtis es como si Rage Against The Machine tuviera un bebé con una MacBook Pro. Y ese bebé… diseña tu futuro.